¡Banderas japonesas se alzan ante la llegada de la quinta generación del Toyota Supra! Pero… ¿hasta dónde debemos dejar esa bandera japonesa? ¿Totalmente alzada? ¿A media asta? O… ¿ni siquiera ponerla?
Y digo esto porque este tema es bastante delicado cuando hablamos de una nueva versión de un coche tan icónico como es el Toyota Supra. Porque es aquí donde surgen todas las dudas posibles y por haber. ¿Conseguirán los de Toyota igualar como mínimo la estética tan bonita y perfecta del Supra MkIV? O lo que es más importante, ¿conseguirán fabricar un motor duro y único como el 2JZ? Vamos a intentar poner las cartas sobre la mesa y analizar que se está cociendo en estos momentos.
Sabemos desde hace tiempo que Toyota y BMW están trabajando mano a mano en este proyecto. ¿Por qué? Muy fácil. Porque esa plataforma la van a utilizar cada marca para crear su propio modelo. En el caso de BMW dará paso al Z5, dando como resultado un precioso deportivo descapotable alemán mientras que los nipones construirán su buque insignia, el Supra.
¿Pero quién va a llenar su corazón de alegría dando paso al sucesor del 2JZ?
Pues resulta que BMW se va a encargar de la fabricación del motor. Ya sabemos que el 2JZ es un 6 cilindros en línea, cosa que BMW ha demostrado que se le da bastante bien hacer. Y aquí surge, para empezar, la primera controversia. ¡Un coche japonés con corazón alemán! No pongo en duda la capacidad de BMW para hacer un perfecto 6 cilindros en línea, además biturbo como el del antiguo Toyota, pero creo que muchos no estarán de acuerdo en eso, ya que la gente busca en este tipo de coche un producto 100% japonés, ¡como los de antes!
Motores como el 2JZ o el RB26 diseñado por NISMO para el skyline GT-R 32 (apodado ya por aquel entonces como Godzilla) eran capaces de ofrecer cifras que a priori se escapan de tu mente cuando piensas en un coche de calle. Y es que esos motores podían llegar a dar 1000Cv o más.
También hay que decir que los motores de ahora están cargados de electrónica hasta las cejas, quizás más delicados en ese aspecto que los motores más mecánicos, por así decirlo, de la época de los 90, que ya empezaban a jugar también un poquito con la electrónica. Imagino que los más puristas buscan esa sensación, me atrevería a decir brusca, que ofrecían los motores antiguos en el que por ejemplo el acelerador no estaba regulado electrónicamente. Ese placer de conducir un coche potente antiguo que te hacía creer que estabas en una auténtica máquina de competición ya sea por el rugido que daba el motor, por las prestaciones que te ofrecía nada más pisar el acelerador con descuido o la manera en la que tomaba una curva.
Con todo esto quiero decir que ahora, los motores no son cómo los de antes, pero la esencia y el propósito es el mismo. Ofrecernos un cúmulo de sensaciones que nos hagan bajar de una de estas máquinas modernas con “tembleque” en las rodillas. El mundo avanza, la tecnología también y hay que saber adaptarse a los nuevos tiempos. Así que, por lo pronto, yo doy mi voto de confianza a BMW y espero que no nos deje indiferente creando el corazón del nuevo Supra. Los rumores indican que podría equipar un sistema híbrido con mecánicas de 350Cv, aunque más recientemente se habla de una potencia de 450Cv. Habrá que esperar con qué nos sorprenden, aunque personalmente me gustaría que fuera un coche 100% japonés, de las ruedas al retrovisor. O lo que es lo mismo, de los pies a la cabeza.
¿Será verdad que van a sorprender al mundo con el nuevo Supra?
En cuanto al apartado estético del Supra, se utiliza la base del prototipo de Toyota, el FT-1, aunque la firma japonesa asegura que no tiene nada que ver con éste. Dicen que nos van a sorprender a todos más de lo que pesamos. ¿Quizás el Ft-1 les ha servido para saber si ese modelo tendría o no buena acogida entre el público más exigente? ¿Quizás dicen eso, y en realidad se pueda parecer más de lo que pensamos al FT-1? Habrá que esperar almenos al 2018 para saber si tiene o no algo en común con su antecesor.
Por lo pronto, analizando la estética del FT-1 y aventurándome en un hipotético caso en el que utilicen parte de su diseño, me arriesgaría a decir que incluso siendo un prototipo, tiene cierto parecido con la cuarta generación del Supra. Evidentemente lo primero que destaca es su carrocería coupé y un alargado morro en el que te puedes tumbar como si se tratara de una cama. En el lateral encontramos las entradas de aire que han pasado de ser un detalle a llevarse todo el protagonismo en este prototipo. En la zaga, los pilotos mantienen su forma horizontal, aunque con una estética mucho más futurista. También se mantiene un gran paragolpes trasero en este caso acompañado de un gran difusor y dos salidas de escape. Aunque el cambio más radical del FT-1 es quizás la parte delantera, donde los faros son mucho más afilados y más agresivos y se unen a un morro con punta redonda que nos puede recordar a un Fórmula 1.
Desborda agresividad, aerodinámica y diseño por los cuatro costados, pero dudo bastante de que la quinta generación del Supra conserve parte de ese frontal. Creo, sinceramente que estará mucho más suavizado, recordándonos a la línea de su antecesor. Lo mismo ocurre con la vista lateral, en el que la pequeña ventanilla trasera nos recuerda que estamos ante un coche con carácter, ya que bajo esa ventanilla hay un gran paso de rueda musculado y vitaminado que nos hará quedarnos embobado mirando lo ancho que es este coche y que nos llevará sin duda, a uno de los detalles más llamativos. La incorporación de un alerón retráctil capaz de dar el apoyo aerodinámico necesario a altas velocidades o desaparecer por completo ocultándose en la carrocería.
Sólo puedo decir, y sin saber cómo será el definitivo Supra, que espero que comparta algo de lo que ya hemos visto en este FT-1, ya que estoy seguro que ver un coche así en persona debe ser un espectáculo en mayúsculas. Muchos dirán que no es para tanto, incluso que es feo, pero es lo que tiene estar demasiado acostumbrado a ver coches increíbles en fotografías en lugar de verlos de tú a tú.
¡Tendremos que esperar a que Toyota nos sorprenda!
Y espero que para bien con la quinta generación del Toyota Supra y que los jóvenes de hoy puedan decir: “yo vi nacer el mítico Supra MkV”. Y es que los nipones deberían entrar de nuevo en el fantástico juego en el que las marcas competían por hacer un coche único, resistente y con motores fuertes. Por lo pronto Nissan ya tiene su joya de la corona, el GT-R, dando guerra en los circuitos y en las calles. Queremos un Supra con ambición, que deje a muchos con la boca abierta, que cierre otras tantas y que nos deleite igual que lo hizo en la época de los 90.
Pero de lo que no hay duda es que no nos dejará indiferentes cuando nos crucemos con uno en la autovía, o cuando lo oigas rugir por ciudad o cuando lo veas en la plaza de parking de tu vecino. O en la tuya, ¿por qué no?
Cada coche es único y ha sido construido para transmitirte una sensación. Vamos a descubrir juntos la esencia de cada vehículo.
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